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7.1.- Limpieza. Concepto.
Bajo la acepción de limpieza entendemos:
- La ausencia de suciedad y - El común denominador de procedimientos que hacen posible dicha ausencia.
Según el primero de los sentidos la limpieza sería una cualidad predicable de la cosa o cosas a que se refiere. Así un residente podrá decir que no tiene ninguna queja de la limpieza de la habitación que ocupa. De acuerdo con la segunda de las acepciones la limpieza sería el resultado de la actividad llevada a cabo por la limpiadora o la Ayudante de Residencia. El residente no tiene ninguna queja de la limpieza de la habitación que ocupa por que en ella se ha hecho una limpieza correcta.
En la limpieza como actividad distinguimos los siguientes elementos:
7.2.- Elemento causal: suciedad
La suciedad es la causa de la limpieza y supone la presencia de manchas, impurezas o imperfecciones que alteran el estado ideal de la cosa. Dicha alteración tiene distintas consecuencias:
- En primer lugar podemos decir que estas consecuencias son estéticas. El primer efecto de lo sucio es una sensación de desagrado. - En segundo lugar las consecuencias afectan a la esencia de la cosa y a su adecuado funcionamiento. Un electrodoméstico o cualquier otro ingenio mecánico dejan de responder convenientemente en relación directa a la suciedad que acumulan. - En tercer lugar la suciedad degrada el ambiente creando las condiciones para que se produzcan gérmenes que constituyen un riesgo para la salud.
En la producción de suciedad intervienen, entre otras, las siguientes causas:
Los elementos tangibles que integran la suciedad se conocen como desperdicios, basura o residuos. Tales residuos se clasifican en dos grandes grupos:
- Residuos orgánicos, cuando proceden de un ser vivo y - Residuos inorgánicos, cuando carecen de dicha procedencia
A su vez dentro de los residuos inorgánicos diferenciamos:
- Biodegradables, cuando puede producirse su descomposición por medios naturales por el transcurso del tiempo - No biodegradables. Aquellos que no pueden degradarse o descomponerse de una manera natural por la acción de agentes biológicos.
Tanto los residuos orgánicos como los inorgánicos pueden ser, en algún caso, reciclados. Conocemos como reciclaje o reciclamiento el sometimiento de desperdicios o de materiales usados a un proceso que los haga nuevamente utilizables. Los casos más conocidos de reciclaje son el del vidrio y el del papel, pero hay otros – como por ejemplo el de materia orgánica para abono (compos) -.
7.3.- Elemento medial: sistemas de limpieza
Un sistema de limpieza es un conjunto ordenado de actuaciones tendentes a la eliminación de la suciedad. Tales actuaciones son básicamente seis:
- Arrastre - Fricción - Aclarado - Secado - Prelavado y - Lavado
El arrastre.- El arrastre es la limpieza consistente en eliminar el polvo y la basura. Puede ser de superficies o de mobiliario y enseres.
La fricción.- La fricción es la limpieza que se lleva a cabo restregando con un estropajo o una fregona empapados con agua y jabón u otra sustancia. Esta actuación tiene que ver tanto con la limpieza de superficies como con la de maquinaria, útiles de cocina y otros enseres.
El aclarado.- El aclarado es la limpieza con agua de algo que está enjabonado
El secado.- El secado es la eliminación del líquido o de la humedad. Por ejemplo, utilizo el centrifugado de mi lavadora para conseguir un secado más rápido
El prelavado.- Más que una actuación en sí misma el prelavado es una fase integrante del proceso de lavado cuya entidad diferenciada responde al hecho de que no siempre que se realiza el lavado se lleva a cabo el prelavado.
El lavado.- El lavado es toda limpieza que se lleve a cabo con agua o con algo líquido.
Estas actuaciones se encadenan según el tipo de limpieza que tenga que llevarse a cabo y que es el que va a determinar el sistema o técnica a emplear. Los tipos de limpieza están en función de aquello que deba limpiarse, es decir: el objeto de la limpieza.
Tomando en consideración las funciones asignadas al Ayudante de Residencia dicho objeto de la limpieza puede agruparse en las siguientes categorías:
- Superficies - Mobiliario y enseres - Ropa y lencería - Menaje de cocina
Superficie.- La superficie puede ser horizontal (suelos) o vertical (paredes).
Mobiliario y enseres.- Dentro de este grupo quedarían comprendidos todos los objetos muebles así como los inmuebles por incorporación (sanitarios, lavabos). Las actuaciones que integran el sistema de limpieza se componen de fricción, aclarado y secado.
Ropa y lencería.- La limpieza de estos objetos se lleva a cabo por medios mecánicos (lavadora). Las fases que componen el proceso son el lavado y, en su caso, el prelavado.
Menaje de cocina.- Se distingue según se trate entre cubertería, vajilla pequeña y vajilla grande. Las actuaciones son:
7.3.1.- Limpieza del suelo
Preparación.- Con carácter previo al comienzo de la limpieza del suelo se procederá a la retirada del mobiliario y enseres que obstaculicen el desarrollo de esta actividad en aquellos lugares en que esta sea posible. De esta manera conseguiremos espacios más despejados lo que facilitará el desarrollo de la labor.
Arrastre.- El objeto de esta actuación es la eliminación de los residuos sólidos que por sus dimensiones y naturaleza puedan ser retirados. Los útiles que se emplean en este proceso son la mopa abrillantadora, el recogedor y la bolsa de basura o galga. La finalidad de esta actuación es dejar el suelo en condiciones para ejecutar después la fricción.
Fricción o fregado.- Allí donde el espacio libre lo permita se fregará el suelo con máquina fregadora automática o, como es más común, por procedimientos domésticos mediante fregasuelos o mopa fregadora. En esta actuación se utilizará agua con un detergente alcalino de modo que se puedan eliminar todos los resíduos grasos del suelo.
Periodicidad.- Las actuaciones de arrastre y fricción de suelos tendrán lugar una vez al día como mínimo, preferentemente en horario de nula o escasa presencia de otros trabajadores, residentes o público.
Con carácter extraordinario, y siempre que así lo aconsejen las circunstancias - según aprecie discrecionalmente la gobernanta, así se lo ordene la Dirección o en este sentido insten otros trabajadores, residentes e incluso el público – podrán repetirse las actuaciones anteriores otra u otras veces al día. Normalmente dicha repetición no tendrá por objeto la totalidad del Centro Residencial si no únicamente determinadas zonas de la misma.
7.3.2.- Limpieza de superficies verticales.-
De igual manera que las superficies horizontales son prácticamente subsumibles en el concepto de suelo y que dicho suelo es normalmente de terrazo las reglas son relativamente simples. Sin embargo las superficies verticales son de varios tipos. Así podemos diferenciar:
- Paredes pintadas - Paredes alicatadas - Cristales de ventanas - Marcos de ventanas (aluminio o madera) - Puertas de madera - Puertas metálicas
Cada una de estas superficies tiene unas exigencias de limpieza propias y unos problemas de limpieza que le son particulares.
Arrastre.- En estos casos el arrastre tiene que ver con dos cosas:
- La retirada de polvo y - La retirada de otros residuos que en su caso pudieran producirse (por ejemplo, una telaraña)
Dependiendo del problema de que se trate se usará un tipo de objeto u otro. Por ejemplo el polvo que se acumula en los marcos de ventanas y puertas puede retirarse con un paño seco. Para eliminar una telaraña podemos valernos de una espátula.
Fricción.- El objeto de la fricción es la retirada de la grasa y otra suciedad adherida a la superficie. Aquí también los problemas van a ser distintos según el tipo de superficie de que se trate. Por ejemplo no se va a acumular tanta grasa en las paredes de la cocina como en las puertas. Además es conveniente tener en cuenta si la superficie es de cristal o no sucede así. En el primer caso – cristal de las ventanas – la fricción se llevará a cabo suavemente con un limpiacristales. En el segundo – restantes superficies – se procederá a la fricción con un estropajo empapado con agua y detergente desengrasante.
Aclarado y Secado.- Procederemos a limpiar con agua las superficies previamente tratadas con limpiacristales y/o detergentes desengrasantes. En algún caso será necesario secar estas superficies con una bayeta para conseguir un acabado óptimo.
Periodicidad.- Depende del tipo de superficie de que se trate así como de la ubicación de la misma. Con relación al tipo la limpieza de las ventanas se llevará a cabo cada día, sin embargo la de puertas admite intérvalos de tiempo superiores. Respecto de la ubicación las paredes que más se ensucian como consecuencia de una actividad ordinaria (paredes de la cocina, ejemplo ya citado) deberán limpiarse todos los días mientras que en otros casos dicha limpieza será más espaciada. En cualquier caso se estará a lo dispuesto según los criterios de la gobernanta.
7.3.5. Limpieza de menaje de cocina
La manipulación de alimentos para su conservación y consumo conlleva la utilización de los mismos, de utensilios, superficies y equipos. Esta utilización supone riesgos pues los restos de alimento son caldo de cultivo para la formación de microorganismos patógenos . De este modo la limpieza del menaje de cocina y de la cocina misma revisten una especial importancia. El problema no es sólo eliminar la suciedad – conseguir que la cocina, el menaje y todo lo relacionado con el consumo de alimentos estén limpios – si no que es además, y fundamentalmente, conseguir que no sean fuente de procesos infecciosos.
Llegados a este punto conviene aclarar algunos conceptos directamente relacionados con el tema:
Lavado de la pequeña cubertería (platos, vasos, cucharas,...)
El proceso se inicia con la retirada de restos de alimentos que serán vertidos en los cubos. A la retirada de restos sigue la disposición de la vajilla en el banco de trabajo que se llevará a cabo en la medida de lo posible apilando los platos en grupos homogéneos según las dimensiones y características de los mismos. De dicha pila se irán extrayendo los platos para su enjuagado previo con agua caliente.
El lavado puede ser a mano o a máquina mediante el lavaplatos. Este último sistema es el más frecuente. Según se utilice uno u otro sistema las reglas son:
Lavado del restante menaje de cocina
En principio las reglas son parecidas a las observadas en el epígrafe anterior, pues en esencia de lo que se trata es de eliminar los restos de comida, lavar, enjuagar y secar estos útiles de modo que estén en óptimas condiciones.
En el caso de las ollas existen máquinas que están especialmente diseñadas para el lavado de las mismas y cuya eficacia en la obtención de buenos resultados es indudable. En los utensilios dedicados a la preparación y cocinado debe tenerse en cuenta la importancia que tiene el aclarado final con agua caliente así como el hecho de que deben secarse al aire – no guardados en la estantería de la alacena -.
Existen los llamados “grandes recipientes de comida” que se utilizan en determinados casos para el transporte de la comida a las habitaciones que ocupan los residentes cuando los mismos no pueden acudir al comedor. Estos recipientes están sometidos a dos riesgos adicionales:
- Los que se derivan del transporte y - Los que nacen de las circunstancias de la persona que los utiliza (normalmente enfermo)
Tales riesgos adicionales acentúan la necesidad de proceder a la desinfección – no al mero lavado – de los mismos de modo que se mantengan siempre limpios y libres de bacterias y otros microorganismos patógenos – es decir: nocivos para la salud -.
Los procesos a los que se debe someter este tipo de soporte alimentario son los siguientes:
- Liberación total de restos de alimentos - Lavado integral en caliente en una solución detergente - Aclarado hasta la completa eliminación del agua del lavado - Tratado con vapor – cuando no se disponga de medios para el tratamiento con vapor se realizará un aclarado final con lejía - y - Finalmente escurrido.
7.3.3. Limpieza de mobiliario y enseres
Limpieza de la madera
La suciedad de los muebles de madera se elimina con una mezcla de cuatro partes de aguarrás por una de aceite de linaza, y un trapo limpio. Esta mezcla no daña ningún acabado excepto si se trata de ceras que en este caso eliminaría junto con la suciedad acumulada. De vez en cuando es conveniente doblar el paño para cuando la superficie esté limpia. Si el mueble está muy sucio debe usarse en lugar del paño un estropajo con lanilla metálica muy fina. No hay que presionar demasiado y debe trabajarse en el sentido de la veta para no dañar el acabado que hay debajo. Luego repasa con un paño empapado en aguarrás. Después de limpiar hay ocasiones en las que conviene aplicar una capa nueva de cera o laca.
Lo anterior es válido en el caso de que la madera no esté pintada o lacada. Si sucede así lo que procede es lavar las piezas de madera con un trapo mojado con agua jabonosa teniendo cuidado de no empapar la superficie, ya que el agua puede meterse en las juntas e hinchar la madera. Por otro lado la goma laca y la laca pierden su brillo original si se empapan de agua y las chapas se levantan si se cuela algo de agua por debajo. Las piezas grandes deben tratarse por zonas, trabajando de abajo arriba para no manchar. Finalmente se aclara la pieza con cuidado con un trapo mojado en agua limpia y luego se seca con una bayeta.
Limpieza del tapizado
La tapicería debe limpiarse dos o tres veces al año con espuma para tapicería. Antes de llevar a cabo la limpieza debe comprobarse la solidez de los colores. El procedimiento es sencillo: se moja una zona pequeña y se presiona con una plancha caliente entre dos trozos de tela blanca de algodón. Si no queda rastro de color en el algodón los colores son sólidos y puede lavarse la tela según las reglas antes indicadas. Si el color destiñe el lavado tendrá que hacerse en seco.
Fundas lavables
Con carácter previo al inicio del proceso de lavado deberán coserse todos los rotos. Si no se recomienda lavarla a máquina deberá hacerse a mano, con delicadeza, en agua tibia y con detergente suave. Una vez lavadas las fundas deberán plancharse mientras se encuentran húmedas, por el revés si la tela es mate y por el derecho si la tela es brillante. La mejor manera de secar las telas con acabados especiales es dejándolas escurrir. Si las fundas son elásticas se pueden lavar a máquina y no necesitan plancharse. Deben comprobarse las recomendaciones de secado antes de usar una secadora de tambor.
Cortinas
Hay que limpiar con regularidad las cortinas para que la tela no se gaste demasiado rápido. Probablemente tendrás que lavar en seco las telas gruesas, con forro o con entretelas. Antes de lavar quita ganchos y anillas y sacude el polvo. Si no vas a lavarlas en seco, pon las cortinas a remojar en agua fría con detergente líquido durante diez minutos, luego aclara, lávalas, cuélgalas para que se sequen escurriendo y plancha mientras aún están húmedas.
Pantallas de tela
Corta la luz, desmonta la pantalla y quita los adornos si no son de colores sólidos. Limpia las telas lavables en agua jabonosa tibia, aclara con agua limpia – también tibia – y deja que se sequen al aire. Las telas que destiñen o no se pueden mojar, deben lavarse en seco.
Limpieza de porcelana
La vajilla y cristalería de uso diario deben ser lavadas justo después de usarse y secadas antes de guardarse. Si se deja vajilla en remojo debe utilizarse agua fría enjabonada pues el agua caliente tiende a cocer algunos alimentos, tales como la yema de huevo, en la porcelana. Si se dispone de lavavajillas y puede usarse, pon la vajilla en prelavado después de usarla. Para quitar manchas de café o té, deja la vajilla en remojo con agua y jabón durante la noche. La porcelana moderna, aunque sea delicada, suele ser resitente al lavado con máquina, pero debe comprobarse antes o lavar a mano en caso de duda. El calor puede a veces debilitar una reparación, por lo que se debe lavar a mano cualquier pieza pegada (nunca a máquina).
Tratamiento de los adornos de porcelana
El polvo de la porcelana y de la cerámica deben limpiarse con un plumero ligero. Se se ha concentrado una capa de suciedad, introduce el objeto en un cubo con agua caliente y jabón. Enjuágalo después y sécalo suavemente. Siempre es aconsejable sacar el polvo de los adornos antes de lavarlos, para impedir que la suciedad se meta por las grietas. Usa para ello un pincel de pintura blando o una brocha de afeitar. Las manchas más difíciles pueden limpiarse con un trapo humedecido con agua con bicarbonato. Las marcas de agua dura reaccionan normalmente con vinagre y agua, frotando enérgicamente. Las marcas de suciedad más resistentes requerirán el empleo de un pulidor. Una vez concluido el proceso de limpieza debe abrillantarse con cuidado la pieza limpia con una gamuza.
Eliminación de las manchas en la cerámica y la porcelana
La cerámica presenta manchas difíciles de limpiar. Hay que poner especial cuidado en tratar bordes manchados de piezas rotas, antes de pegarlos, pues de lo contrario resultará imposible conseguir una unión invisible.
La lejía de uso doméstico puede quitar manchas ligeras. Si la lejía se muestra ineficaz puede usarse agua oxigenada. Disuelve una parte del blanqueador con tres de agua, añadiendo unas cuantas gotas de amoníaco. Para ello se deben usar guantes de protección y un delantal. Si se salpica blanqueador en la piel, debe lavarse en el acto con agua fría. Es aconsejable remojar la pieza en agua antes de aplicar el blanqueador. Esto evitará que las manchas queden pegadas en el cuerpo de la cerámica.
La cerámica es particularmente absorbente, por lo que se debe poner en remojo la pieza cada vez que se utilice el blanqueador. Usa pinzas para mojar un trozo de algodón en la solución blanqueadora, y aplicalo después sobre las manchas. Déjalo actuar durante varias horas.
Cúbrelo luego con un trozo de plástico o ciérralo en una bolsa, ya que esto mantiene el algodón humedecido. Inspecciona la mancha después de un par de horas y repite el proceso de blanqueado hasta que la mancha haya desaparecido por completo. A veces las manchas difíciles requieren algunas semanas por lo que no está de más aumentar la concentración del blanqueador.
Como quitar manchas de cal
Al utilizar un tiesto de cerámica para poner una planta, el agua dura suele dejar un poso de carbonato de calcio (incrustración de cal) por la acción de la evaporación. Dicho poso se puede eliminar con ácido clorhídrico. Normalmente no es aconsejable esta actuación a los Ayudantes de Residencia por los riesgos que conlleva. En cualquier caso el manejo de ácidos requiere la observancia de dos reglas:
a) Uso de una protección adecuada – guantes y gafas de seguridad – y b) Nunca se debe añadir agua al ácido, pues provocaría su ebullición causando graves accidentes. Sólo puede hacerse a la inversa, es decir: añadir ácido al agua.
Cómo quitar las sales
Las sales presentes en un objeto pueden ir acumulándose en la superficie, causando al final una grieta. Para remediarlo, hay que limpiar las sales del objeto. Si la superficie se está desconchando, debe reforzarla previamente pintándola con una solución a base de agua destilada tibia y polvos de alcohol de polivinilo. Esto fijará la superficie, pero permitiendo que puedan limpiarse las sales. Coloca la pieza en un recipiente de plástico y cúbrelo de agua destilada. No se debe sumergir el objeto por completo, parte de la superficie debe quedar al descubierto. Cambia el agua diariamente hasta que las sales hayan desaparecido. Para comprobarlo, manten una cucharada de agua destilada sobre una llama hasta que el agua se haya evaporado y comprueba que no queda ningún resto de sal.
Eliminación de sales domésticas
Los remaches de cobre y de hierro utilizados para reforzar reparaciones provocan a menudo manchas alrededor de la superficie reparada. Se pueden aplicar bolitas de algodón empapado en amoníaco para quitar las manchas de cobre; para las manchas de corrosión debe usarse un limpiador de óxido de uso doméstico (ácido fosfórico). Cuando las manchas hayan desaparecido la zona tratada debe lavarse a fondo con agua destilada.
Limpieza del cristal
Generalmente la cristalería, al igual que la porcelana, puede limpiarse de forma eficaz pero no es tan fácil de reparar. La naturaleza del material hace que la mayor parte de las reparaciones sean demasiado evidentes a simple vista.
No ponga nunca la cristalería antigua en un lavavajillas, lávela a mano. Cubra con una esterilla de espuma el fondo de un recipiente de plástico y llénelo con agua jabonosa templada. Lave cada pieza por separado. Añada algunas gotas de amoníaco si el cristal está sucio o muy grasiento.
Seque la cristalería con cuidado. Deje escurrir las piezas sobre un trapo de cocina y después abrillántelas con un trapo sin pelusa. El interior de las vasijas se puede secar con un secador de mano. Guarde la cristalería en un lugar seco y ventilado.
Como lavar cristal
Si no puede lavar los vasos al momento déjelos apoyados en agua jabonosa templada. Cada vaso debe ser lavado individualmente con una escobilla de mango largo, de cepillo blando, en un gran recipiente que esté limpio y lleno de agua enjabonada. Para lavar endiduras de cristal tallado, use un cepillo de dientes viejo, de púas blandas.Aclare bien los vasos en agua caliente (no hirviendo), para conseguir más brillo y colóquelos boca abajo en un escurreplatos o en un trapo limpio doblado. Cuando se hayan escurrido, séquelos a fondo con un trapo de hilo. Las mesas de cristal y las estanterías pueden limpiarse con un trapo mojado en alcohol metílico.
El cristal con monturas o partes metálicas no debe sumergirse en agua. Límpielo con trozos de algodón húmedo, manteniendo el metal en seco.
Eliminación de manchas del cristal
Llene una pieza de cristal empañada o manchada con agua y dos cucharaditas de amoníaco, dejándola así durante la noche, para después aclarar y limpiarla. Un vaso muy manchado puede limpiarse dejándolo en remojo en una solución de una taza de sosa caústica y dos litros de agua caliente, pero aclare muy bien el vaso después. Para quitar marcas de agua dura en los vasos, remójelos en una solución de agua destilada o de vinagre y agua. No trate nunca de quitar manchas con herramientas o sustancias de limpieza abrasivas.
El alcohol deja a menudo manchas oscuras en la cristalería. Las garrafas son las víctimas más comunes, especialmente si han sido guardadas con tapón. Las manchas son aún peores si el agua dura ha dejado depósitos de carbonato de calcio, de muy difícil limpieza. Desafortunadamente no podrá quitar todas las manchas completamente, pero un tratamiento con ácido es a veces eficaz. Para quitar las manchas de alcohol del interior de las garrafas, llénelas hasta la mitad con vinagre y sal de cocina, añada después media taza de arroz crudo o de arena y remuevalo. Aclárelo bien con agua y déjela escurrir. Las manchas en mesas de cristal o en estanterias pueden frotarse con un trapo mojado en alcohol metílico.
Limpieza de metales
Cuando limpie piezas de metal, apóyelas siempre sobre trapos suaves, ya que si apoya un metal blando directamente sobre la mesa podría dañarlo. Tenga especial cuidado al limpiar objetos compuestos de metales mezclados, ya que los limpiadores de metal podrían dañar las otras sustancias y al lavar o sumergir la pieza puede disolver algún pegamento con el que estén adheridas al metal. Los cuchillos con mangos de marfil o incrustaciones no deben dejarse en remojo con agua caliente.
Debe lavar la cubertería de uso diario con agua caliente y jabón tan pronto como sea posible después de usarla, ya que los restos de comida o la misma solución pueden provocar manchas o picaduras. Para quitar los olores de pescado en objetos de plata es conveniente añadir al agua de enjuagado una cucharada de mostaza. Remoje las ollas y las paelleras previamente con abundante agua, para quitar los restos de comida, y después lávelas con agua caliente y jabón, evitando rayarlas. Déjelas después escurrir y séquelas con cuidado.
7.3.4. Limpieza de tejidos (ropa y lencería)
Dentro de lo que es la limpieza de tejidos (ropa y lencería) diferenciamos entre una limpieza incidental – que viene causada por la producción de un percance (una mancha) – de lo que podríamos llamar una limpieza ordinaria.
7.3.4.1. Limpieza incidental
El criterio fundamental que tomamos como punto de referencia es el de si la mancha es soluble o no es soluble en agua.
Eliminación de manchas solubles en agua
Deberá poner en remojo inmediatamente todas las telas lavables, exceptuando la lana, la seda y las que puedan desteñir, en una solución del quitamanchas recomendado. Para quitar manchas recientes en telas de colores sólidos extienda la tela sobre el fregadero, espolvoree detergente en polvo o quitamanchas, vierta agua hirviendo por encima y aclare. Si la mancha no se va, frote con la solución quitamanchas, aclare y lave. En el caso de telas no lavables, tense la tela sobre la boca de un jarro y pase agua fría a través de la mancha. Si ésta no se va, ponga un paño absorbente por debajo y frote la mancha con otro paño empapado en la solución quitamanchas.
Cómo quitar las manchas solubles en disolventes
Las manchas que no se quitan con agua o que están en telas no lavables, han de limpiarse en seco, pero pruébelo antes en una esquina de la tela que no quede a la vista. Siga cuidadosamente las instrucciones y espere 15 minutos para comprobar que no destiñe la tela. Para tratar una mancha, ponga unos pañuelos de papel o un poco de algodón debajo de la tela, y aplique el producto de limpieza por el derecho de la tela con un algodón. No moje demasiado la tela, y vaya desde adentro, para que no se extienda. Cambie los algodones a menudo y enjuague después de cada aplicación. Cuando haya desaparecido la mancha, lave o limpie en seco la tela.
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