El bien jurídico que debe ser protegido lo constituye el alma potencial. Si se acepta que la mórula y consiguientemente la blástula tienen alma puesto que son humanas esto sólo es posible si y sólo si en cada uno de los ocho millones de espermatozoides que brotan del miembro verecundo en cada acción eugenésica existen ocho millones de almas potenciales entre las que solo una saldrá victoriosa en su pugna fertilizadora. El hábito nefando cuya práctica se reprocha como pecaminosa y merecidamente ilícita constituye un genocido potencial.

Junto a ese elemento específico de lo injusto – el genocido potencial – la masturbación aparece como causa eficiente de una espiral de perdición en cascada. Así de la masturbación se pasa a la soledad compulsiva, de la soledad compulsiva se pasa a  las violaciones, de las violaciones se pasa a la corrupción, de la corrupción a la drogadicción y finalmente de  la drogadicción al ateismo.

Conclusión: hacerse pajas no sólo destruye la médula espinal sino que además te convierte genocida y por tanto – y sucesivamente - en solitario compulsivo,violador, corrupto, drogadizo y ateo.

Recochineo: a esta gente la está SUBVENCIONADO el mismo Estado que recorta en Sanidad y Educación

Hale, a cagar.