autor.: cejuanjo
Remitido el 07-12-13 a las 09:48:36 :: 2280 lecturas
Partiremos para empezar de una idea de la educación como aquella de la que hablaban Bertrand Russell, John Dewey y otros, según la cuál éste tiene un valor por sí misma. Independientemente del impacto que tenga en la sociedad tiene un valor, porque ayuda a crear seres humanos mejores. Después de todo a eso es a lo que debe servir un sistema educativo.
Tal conciencia, que en sí no es nada, consiste, pues, sólo en una estructura abierta, indeterminada: es, como en Heidegger, un proyecto que ha de desarrollarse a lo largo del tiempo, es algo lanzado hacia el futuro. Y a esto se le llama existencia. Existir es ser fuera de sí. La educación no es nada antes de existir, no está sometida, pues, a una esencia, sino que consiste sólo en existencia (como en Nietzsche). El ser humano, por tanto, ha de forjarse a sí mismo, definirse en su proyecto (en su estar lanzado hacia el futuro) Con palabras de Sartre "la existencia precede a la esencia" y "el hombre es ante todo un proyecto que se vive subjetivamente".
En su consideración del sistema educativo, lo que en primer lugar parece tener presente Kierkegaard es la imposibilidad de reducir tal sistema a una "doctrina" ya que lo que la determina es esencialmente con la existencia. En el Postcriptum, Johannes Climacus - seudónimo bajo el cual Kierkegaard escribe esta obra- distingue entre la verdad objetiva y la verdad subjetiva. La distinción entre ambas especies de verdad reside justamente en su relación con la existencia. "El problema, objetivamente planteado - precisa Kierkegaard- , sería el de comprobar la esencia educativa. El problema subjetivo se refiere a la relación del individuo con dicho sis tema. En pocas palabras, se trata de ver cómo yo, Johannes Climacus, puedo participar como sujeto y no como objeto en mi proceso educativo".
Sin embargo, una de estas medidas de carácter estructural en concreto contempladas como elemento esencial en la mal denominada Ley Wert, el proyecto de ley , como he dicho ya, queestá tramitándose actualmente en el Senado. Ese proyecto, que entronca completamente con la idea de lo educativo no como un servicio público orientado al desarrollo del ciudadano sino como una consideración del mismo en tanto que objeto de un predeterminado orden social, establece un modelo administrativo de incoherente factura y justificado rechazo en el que la gestión de los servicios públicos no se orienta a los fines impuestos por mandato constitucional sino a los intereses partidistas abiertamente rechazados en la calle. Por eso decimos desde esta plataforma NO A LA LEY WERT.
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