autor.: cejuanjo
Remitido el 05-03-19 a las 04:52:00 :: 1006 lecturas
La soberanía nacional reside en el pueblo español como dispone el art. 1.2 de la Constitución. La frase suena bien, que duda cabe, y al que la lee le hace sentirse importante. Sin embargo la aplicación práctica de este principio quita la piel de cordero al lobo Estado.
La soberanía puede entenderse como el poder resultante de la suma de poderes individuales (una soberanía solidaria) o como un bloque tal cuál de manera que sólo puede manifestarse y ejercerse a partir del todo (una soberanía mancomunada) Al atribuir la misma al pueblo (un conjunto) y no al ciudadano o ciudadanos (el individuo o la suma de individuos) la Constitución opta por esta segunda fórmula, por la de una soberanía mancomunada o de mano común. Esta opción supone desposeer al individuo de su papel de ciudadano en sentido propio para subsumirlo en el papel de elemento del conjunto pueblo. Asi individualmente el ciudadano no pinta nada, su voluntad no pinta nada: lo que pinta y la que cuenta es la voluntad del pueblo.
¿Qué es la voluntad del pueblo? ¿Cómo se manifiesta? La voluntad del pueblo, la voluntad política del pueblo, se identifica y se manifiesta con el Estado y su entramado institucional. ¿Pinta algo el ciudadano, cada ciudadano concreto, frente a esto? Se supone que si, pero en realidad es que no. ¿Tú pintas algo ante la Guardia Civil, ante la Consejería de Sanidad, ante las Cortes Autonómicas e incluso ante el empleado del ORA que te multa en tu nombre para el Ayuntamiento? Tu no pintas nada Eres un cero a la izquierda aunque la Constitución y el resto del ordenamiento jurídico digan lo contrario
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