Erase una vez un matrimonio jubilado de Madrid que pasaba los años de su retiro en un pueblecito de la costa valenciana. La pareja tenía un simpático perrito que respondía al nombre de Chispas y gustaba pasear con él al ponerse el sol. Pese a que en general las gentes de dicho pueblecito de la costa valenciana eran muy agradables había alguno que otro de costumbres un tanto extrañas y problemático carácter. Lamentablemente entre éstos se encontraba su vecino, un hombre calvo y amargado con el que mantenían continúas disputas.
Cierto día los Juárez de Castro - que así se llamaba la pareja - percibieron algo extraño en su buzón de correos al regresar del paseo habitual. Era un paquete en forma de albóndiga de impecable envoltura y pésimo olor. ¿Qué será? ¿Qué no será? La duda quedó resuelta al desprender la impecable envoltura y ver que se trataba de un cagallón Cielos, que asco, que agonia, que horror,... ¿quien habría sido el gamberro? ¿los jóvenes drogadictos? No Eso era cosa de Josep Enric el vecino separatista catalán con el que mantenían continúas disputas Ese era el que les había metido la mierda en el buzón
Así que cogieron el cuerpo del delito y se fueron al cuartel de la Guardia Civil a denunciar los hechos Que lo detengan y que si no es apto para la convivencia con las personas que lo metan en el trullo y que se enseñe Así que fue la Guardia Civil con los Juárez de Castro y al llegar al domicilio del separatista catalán se encontraron con que éste no contento consu fechoría estaba golpeando al simpático perrito Chispas con un zapato Que odio, que vesanía, que monstruosidad... !!!
¿Era realmente el separatista catalán tan ominoso, tan vesánico y tan monstruoso? Pues veréis Lo que sucede es que la pareja de jubilados tenía la costumbre de dejar al perro suelto para que fuera a hacer sus necesidades y el perro las hacía en el portal del vecino por lo que éste ya harto de semejante hábito tramó la venganza del objeto postal en forma de albóndiga Esa fue la causa Pero de nada sirvió el ardite porque el simpático Chispas que el animalito no entendía nada volvió a cagarse en la puerta de su casa mientras sus propietarios, los Juárez de Castro, le denunciaban en la Casa Cuartel de la Guardia Civil.
Las cosas son lo que son no son lo que te cuentan y cuando te cuenten algo piensa que todo tiene un algo que no te han contado