autor.: cejuanjo

Remitido el 28-04-13 a las 12:03:16 :: 1664 lecturas


A diferencia del asno, el ser humano mantiene intacta la capacidad de tropezar dos veces con la misma piedra. Y no tanto porque piense que él ha cambiado sino porque supone que quien ha cambiado es la piedra. Pero las piedras no cambian, siguen siendo siempre las mismas. Y si no se han movido continúan estando en el mismo sitio donde tropezamos. Como nos enseña el burro, las lecciones que debe proporcionarnos nuestra experiencia no son las conducentes a tropezar mejor la segunda vez – o las sucesivas – sino las que nos sirvan para eludir el escollo en el futuro. Algo tan sencillo como desviarnos un poquitín en nuestro periplo. Sólo un poquitín.

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