A todos los que la presente vieréis y entendieréis sabed que hoy ha confesado el antiguo Molt Honorable recluso en tiempos del Caudillo que ha tenido (y quizá aún tiene) aperturadas cuentas bancarias en países extranjeros. Rompe así el silencio mantenido sobre el asunto durante siete lustros, treinta y cinco años en los que dió a entender que su compromiso político se basaba en el AMOR a la senyera, a la sardana y a Catalunya. No hubo, ahora se ve, tal. Se metió en política por dinero, no por amor. Fue un cariño mercenario, ramero, basado en los bienes de fortuna. Igual que esos ciento y pico encorbatados del Partido Popular que tampoco amaban al antiguo Reino de Valencia sino que solo querían hacerse ricos a costa de los ideales y de los sueños autonómicos.