Al hilo de lo dicho varias son las cosas que se nos ocurren y la primera ocurrencia dentro de tal diversidad es que en este país hay una titulitis del copón. Para cualquier cosa te piden un título Incluso para eso de Menistro o a la presente Secretario de Estado, menesteres para los que se cumple holgadamente siendo un pelota redomado que le ríe las gracias a un líder todopoderoso. Porque ya me dirán ustedes vosotros en que se les nota a estos Menistros o a los de antes que tienen título. Cualquier alumno de segundo de Derecho y desde luego el opositor menos aventajado de judicaturas – que posiblemente y a estas alturas sea yo – le da cien mil vueltas a estos petimetres encorbatados que andan por ahí dándose ínfulas de arreglar el mundo. Lo que de trasmano indica que el hecho de tener título en absoluto vacuna contra la irreversibilidad de la ignorancia y que uno puede volver a ser tan burro como era antes de tener el título.

En segundo lugar se nos ocurre pensar en lo que hubiese sucedido si al galeno putativo pero preboste cierto le sale uno de los suyos chillando de dolores pues se ha pellizcado un huevo después de orinar en los ilustres aseos del palacio de la carrera de San Jerómino. Ahí teniu al malalto amb un colló inflamat demanantili favores y auxilios al Secretario de Estado. Tú que eres Médico salva mi Huevo Pesigado y te regalaré una Insula. ¿Qué le habría dicho el galeno putativo? ¿Qué se esperase a que le apruebaran las asignaturas que le faltan y que entonses aleshores le salvaría el Testículo? ¿Hubiera reconocido su universitaria carencia?  No se ha vivido – o no se ha divulgado si se ha vivido – una situación límite asín u otra semejante. Malgrat aixó y de todas formas un tío que va por la vida diciendo que es médico y no lo es reviste un peligro público con mayor potencial de causar estragos que aquel que se hace pasar por licenciado en filosofía y letras pero no lo es.

Comentar por último, y fuera ya de la órbita de la milicia de los que nos mandan, que siendo malo lo dicho no por ello es bueno que una burra, requeteburra, como la Valencianos vaya por ahí haciéndose chulita la madrileña porque no apruebó su carrerón ya que le aburrían las asignaturas que eran un rollo. Jo. Y es que mira que hay que ser lo que hay que ser para que a una la suspendan en Ciencias Políticas.