Juzgan los gacetilleros que allí estuvieron y nos lo han contado que lo de Ruiz Gallardón ha provocado un incendio dentro y fuera del Parlamento. Lo que en si mismo no es inoportuno pues los incendios son llamativos y en su caso fértiles en un humo cuya cortina está llamada a tapar algunas criaturas abortivas alumbradas en el título preliminar de lo que por ahora hace el PP cuando está al mando. Así por ejemplo las soflamas antiabortistas – pues lo son – advienen a lo mediático pocos días después que se conozca que las cifras del paro en febrero de 2012 han crecido en casi el doble de lo que crecieron en febrero de 2011. 116.000 parados con el PP frente a 63.000 parados más con el PSOE. De tal modo que las portadas que ocuparía la curva descendente de lo del empleo pasan a ser ocupadas por el dedito ascendente del predecesor de Ana Botella. No por vista deja de ser sagaz la argucia.

Puestas como están las cosas nada empece el que en intervenciones sucesivas el vigente Menistro de Justicia turbe el sueño de sus señorías con voces airadas contra el matrimonio sodomítico, felonía que embarnece la institución del matrimonio en el derecho civil patrio. Y llegados a este punto, si se llegare, mientras se derrumban las murallas de nuestro Jericó económico al son de las trompetas de la Merkel uno vislumbra en el horizonte singular combate dialéctico entre el bufón calabacillas Tomás Gómez y aqueste Fray Gerundio de Campazas alias Gallardón. Ambos soltándose paridas mientras lo que queda, si algo queda, hace mutis por el foro.