autor.: cejuanjo
Remitido el 07-08-21 a las 03:32:16 :: 427 lecturas
El ser humano es un ser social, lo que significa que su desarrollo requiere la presencia y la intervención de otros seres de su misma especie. Esta presencia y esta intervención suponen una interacción en términos que son físicos y que desde no hace demasiado tiempo son también virtuales. Las personas no sólo vivimos en nuestra casa, en nuestro pueblo o en nuestra nación. También vivimos en Internet. Una existencia, la existencia en Internet, que se produce sobre todo a través de las redes sociales (Facebook, twitter, Instagram,…).
Pertenezco a una generación (la del 56) que nació con el transistor, hizo la primera comunión con la televisión en blanco y negro, la mili (quien la hizo) con la televisión en color, … quince o veinte años después con el Ordenador, Internet y el móvil … y desde hace siete u ocho años con las redes sociales. Entrando en matices en lo que a mi respecta estoy en Instagram y en TikTok desde hace apenas un año y pico.
¿Cómo me están afectando las redes sociales? Está claro que siento que las redes sociales me afectan porque si no, entre otras cosas, estas reflexiones no habrían visto la luz. La cuestión es por un lado percibir en que sentido me afectan y por otro valorar si está afectación es buena o mala.
La presencia y la actuación en las redes sociales me permite conocer a otros y me hace ser conocido por otros. Este conocimiento no es indiferente. En las redes sociales se está porque se busca. Lo que se busca son seguidores (en términos físicos algo parecido a amigos) y likes (en términos de conducta, aprobaciones) Buscamos ser socialmente aceptado en términos cuantitivos (followers) y cualitativos (likes) Para ello dedicamos un trabajo y un tiempo Trabajo y tiempo que todo hay que decirlo son cada vez crecientes, tienen una rentabilidad más que discutible y disminuyen el tiempo y el trabajo que en otras zonas de actividad personal proporcionan un mejor aprovechamiento. Pero no es esa disminución de recursos personales (tiempo y trabajo) lo que más nos preocupa ni de lo que trae causa este escrito. Lo que más nos preocupa y lo que motiva la presente son las consecuencias de la adaptación a las redes sociales. Consecuencias que se ubican en la pérdida de habilidades, destrezas y aptitudes propias. El asunto es que tengo la sensación de que mi atención y otras capacidades intelectuales han ido minorando y que esta minoración se ha incrementado exponencialmente el último año (año en el que he estado y sigo especialmente activo en Instagram y Tiktok)
Las partidas de ajedrez han ido mostrando en los últimos años una bajada de los 1.100 puntos a los 900 Posiblemente es un problema de atención Cada vez me cuesta más trabajo centrarme en lo que es el tramo final de la partida, ver venir la jugada del prójimo y no cometer errores Otra radiografía de mi declive mental la proporciona el suspenso en el examen de Administrativo de la Diputación de Valencia Me duele decirlo pero no tengo la cabeza como la tenía antes Son cada vez más tardo, más despistado e incluso me detecto lapsus de memoria en comparación – insisto – a como era yo hace cinco o diez años.
Pienso que la solución no es cerrar las cuentas en las redes sociales sino ubicar la atención y la dedicación a ellas en una franja horaria que no estorbe Por ejemplo a partir de las nueve de la noche Y recuperar el tiempo y el esfuerzo para volver a dedicarlo a las cosas que se ha venido demostrando que pueden dar algún fruto Por lo menos hasta ahora
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