autor.: cejuanjo
Remitido el 20-06-13 a las 12:30:48 :: 3445 lecturas
La libertad de expresión es una de las más clásicas y más socorridas libertades públicas. La vieja libertad de imprenta acoge desde la crítica al tirano al presunto derecho a insultar al prójimo en el ejercicio legítimo de una profesión, oficio o cargo. Opinar es libre y asoma completamente legal que cualquiera opine lo que le parezca de lo que le parezca. Sin embargo la legalidad no debe confundirse con la legitimidad. La censura y el reproche son tan lícitos si provienen del varón esforzado como si proceden del mequetrefe que vislumbra los sudores ajenos sentado en una hamaca. Sin embargo un elemental sentido de justicia - y de oportunidad - deben llevarnos a una diversa valoración del ejercicio de estas libertades. No se le debe cerrar la boca al que opina - comunmente para mal - del quehacer ajeno Pero tampoco deben prestarse oídos a esa opinión que a todas luces deslegitima el fundamento en la hamaca.
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