autor.: cejuanjo
Remitido el 23-06-13 a las 08:19:41 :: 3978 lecturas
Una de las constantes que nos concurren con mayor o menor incidencia a la hora de hacer un examen es aquella conforme a la cuál no sólo no nos lo sabemos todo – ni mucho menos – sino que las probabilidades de que nos pregunten algo son inversamente proporcionales al conocimiento que tenemos de ese algo. No vamos así al examen predispuestos a demostrar lo mucho que sabemos sino predispuestos a excusar lo mucho más que no sabemos y a ver como salen las cosas. En cierto sentido se trata de una disposición de ánimo similar a la del torero que sale a la plaza no pensando en el toro que va a matar sino en el toro que le va a coger. De entre las diversas calificaciones que esto merece aquí nos vamos a quedar con una. Nos vamos a quedar con la de factor de bloqueo. Afortunadamente en la mayoría de ocasiones el factor de bloqueo se supera en los primeros cinco o diez minutos de ejecución material del ejercicio pero aunque se supere que duda cabe de que ha estado ahí y de que esa presencia comporta un precio que vamos a pagar. Un precio que se paga en nota. Nuestra inquietud por lo que no sabemos ha sido un fardo que nos ha impedido movernos con soltura, reaccionar con rapidez, responder con prontitud. Y las calificaciones lo van a reflejar pues nunca será igual el resultado del que se examina confiando en si mismo que el resultado del que se examina desconfiando de cuanto puede dar de si..
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